lunes, 26 de noviembre de 2007

Pensamientos de un Runner - Capítulo II - Cuando las piernas no responden

Seguramente, tú, runner hasta la médula, el cual estás empezando a leer este pensamiento, te estarás acordando de aquella carrera en la que tu mente y tu corazón decían de continuar la carrera, pero tus piernas decían todo lo contrario. Esa situación tan traumática, yo ya la he sufrido en mis carnes, y posiblemente no sea la última vez.

Normalmente, cuando ya has hecho 2 o 3 carreras, te has comprado la equipación pertinente (par correr en asfalto, para correr en tierra, para correr con calor, para correr con frío, para ... ser el más rápido), empiezas a sentirte el rey del mambo en esto de las carreras, es decir, te empiezas a pensar que eres un "semi profesional", por no decir "pofesional"del running. Eso sí, la carrera la has empezado con algunos añitos más para optar a vivir de esto. Este hecho, (estar en la cima), es decir, no haber acabado entre los 10 últimos en la ultima carrera, y haber bajado tu tiempo en las últimas carreras, te hace olvidar a veces, que no tienes ni p... idea de lo que es correr.

Es en esa carrera, en la que te crees que te encuentras en forma, en la que crees que vas a batir tu record, de manera sobrehumana, en el aquel momento que te crees que puedes quedar por delante de los 100 últimos, cuando maldita la gracia, tus piernas, tus dos amigas, tus dos compañeras, tus dos complices deciden por ellas mismas, que no piensan dar un paso más. Te sientes jodido, aunque para ti mismo te dices : Es imposible, no me puede estar sucediendo a mi, pero si he calentado,..., 1 minuto! Ostia, ya sabia yo que se me olvidaba algo antes de empezar, si calentar. Y mientras piensas en ese minuto, notas el primer crujido de tus huesos, el primer pinzamiento en la espalda, el primer pinchazo en el gemelo, dolor lateral en la planta del pie izquierdo, martilleo en el tobillo derecho, rotura de alguno de esos músculos que debemos tener en la pierna y un dolor punzante en la pelvis. Coño, y todo eso por no calentar!!! Joder, si yo cuando caliento, ya he perdido más del 50% de energia que tenia reservada para la carrera. Es más, a veces veo a gente calentando que va a una velocidad de crucero mayor que la yo podré soñar nunca, ni aunque resucitara como Carl Lewis. Pero no se cansan?

Bueno a lo que iba, es justo en esa carrera, en la que en el km 2, te das cuenta que estás roto, y todavía quedan 8. Y lo peor de todo, empiezas a ver pasar gente por tu lado de 2 clases: madres de más de 40 años con + de 30 kilos de sobrepeso, hablando con la de al lado, como si fuesen de paseito y yayetes de 96 años de edad, los cuales quieren entrar en el libro de Record Guiness, cueste lo que cueste. Pero lo peor está por ver: se llama ambulancia, va recogiendo a los heridos de guerra y empiezas a darte cuenta que su aliento lo tienes el maldito cogote.

Me cago en la Cruz Roja!!

Ah! pero nosotros somos unos valientes, en ese momento, sacas aquel pundonor que todo Runner lleva dentro. Empiezas a correr, adelantando a aquellas personas que hace un momento te pasaron (las madres y los yayetes) y te empiezas a sentir bien,..., más que bien, pareces una gacela corriendo, ... , en ese momento piensas debe haber sido una pájara, como las de Indurain. Pero de repente, te das cuenta que todo el mundo te mira, ¿porque?, la pierna izquierda hace 3 kms que no se levanta, de forma que del roce, el lateral de la bamba se ha abierto y la rodilla derecha cada vez que das una zancada se sube casi hasta el hombro de manera que la gente se piensa que estás haciendo la carrera por una promesa a la Virgen Maria Auxiliadora, y encima el dolor en la cintura hace que te muevas como un Robocop. Eso si, ya solamente quedan 2 kms para llegar, y para ese entonces, cualquier daño colateral que puedas sufrir en esta guerra, no tiene importancia, pero a la p.... ambulancia ya no la ves.

Cuando por fin ves la llegada, te vuelves loco y comienzas a sprintar, para rascar aquellos segundillos que te puedan no hacer quedar entre los 10 últimos (Tal y como ha ido la carrera), eso sin saber, que aquel sprint te va a dejar sin respiración durante casi un minuto una vez pases la meta y sin la bamba izquierda, que por aquel entonces ya la has perdido. Una vez recuperas, por eso, lo suyo es irse a casa pensando que lo que comiste ayer no estaba en buen estado, y que debe haberte afectado al equilibrio funcional del organismo, y directamente a la flexibilidad de la pierna izquierda.

Amigos lectores, gracias por vuestro tiempo, y espero que os hayáis reido un rato, ya que os puedo asegurar que muchas de las situaciones son reales y las he vivido en mis carnes o por algún compañero de batalla.






4 comentarios:

Domi dijo...

IMPESIONANTE la entrega 2 de tus pensamientos... espero sigas con tu serie ya que realmente echa uno un buen rato leyendo tus reflexiones de runner
Salutte!!

Alf dijo...

JAJAJA!!
Luego escribes un libro. Estos escritos son pa partirse. A veces da la impresion que no son tan en cachondeo, porque son situaciones graciosas pero totalmente reales!!
Donde está la tercera entrega? Que tal titularla : "La ambulancia, esa gran desconocida". Ostras, me ha hecho mucha gracia lo de la ambulancia!!
Gracias!!

Unknown dijo...

Es posible que el tema de la ambulancia lo desarrolle en futuros capítulos, pero de momento creo que el tercer capítulo lo titularé : El entrenamiento, ese gran desconocido". Veo que ves el Hormiguero, Alf.

Oscar77 dijo...

Yo si que puedo escribir una novela sólo de la ambulancia por experiencia propia. Da mucho juego. Algún día de estos...
también voy a escribir sobre las diferentes lesiones y cómo te afctan en carrera que de eso sé un rato...

Me he reido con las situaciones descritas :D
enhorabuena sigue ese trabajo Dav. Impagable el reportaje gráfico tb!

Salud i Kms!!!